En la última instalación de infantil se establecen tres espacios bien diferenciados, aunque posibilitan que, aquello que niños y niñas encuentren en dichos espacios, viaje de un lugar a otro y que los habiten como deseen hacerlo.
La clase de 3 años en conjunto se acerca al retroproyector, probablemente atraídos por la intensidad de la luz y por la sorpresa de encontrar algo que ven por primera vez.
Casi de inmediato, su atención se fija en el espacio delimitado por papel en el suelo y la pared, y por una sencilla cortina de trapillo y tiras de papel celofán frente a la que se dispone un pequeño flexo que proyecta los colores del celofán y las sombras de vasos, tapones, así como de las propias siluetas de niños y niñas. Encienden las linternas y observan con detenimiento los objetos y los grandes círculos que la luz dibuja sobre el suelo, manipulan, apilan, hacen trasvases.
Tras haber conquistado un espacio, cuatro se atreven a separarse del grupo para continuar explorando, mientras que los otros dos aprovechan para ocupar el hueco que ha quedado para continuar investigando a su ritmo, más confortables, con calma.
Los pasos se dirigen esta vez al refugio, inundado por los colores que atraviesan la tela y que son proyectados en un lateral. La montaña de papel triturado en el medio comienza a deshacerse y a flotar en el aire entre saltos, coordinación de manos, invitaciones al juego implícitas acompañadas de gestos y risas. El refugio alberga cada vez a más niños y niñas, que deciden traer elementos del primer espacio, estableciendo nuevos diálogos entre objetos, que en cada par de manos son diferentes y que por momentos se unifican a través de la imitación de unas a otras.
Por último, el espacio del retroproyector cobra vida y una niña descubre la sombra de sus manos en la tela, sobre los colores. Después se transforma en mesa de luz más que en un retroproyector, aunque eso no impide que la imagen del juego siga cambiando en la tela y ofreciendo una luz diferente en el interior del refugio.
Estas son, tan sólo, algunas de las historias casi mágicas que cuentan los escenarios lúdicos tras haber sido habitados.
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